no quiero seguir llorando
y ya no duele más la ausencia de tus labios,
sangras dentro, a cada latido.
A pasado el tiempo, para muchos a pasado mi vida,
el sufrimiento se volvió enfermedad
y ahora simplemente no encuentro que es lo que duele más,
Sería más fácil incrustarme acero en la cien.
Hasta cobarde soy, al huir de ti
Se las rutas para no encontrarte en el camino,
sin embargo todos los días paso lento
recorriendo cada esquina de los últimos recuerdos.
Cualquier dolor físico se desvanece,
nada es tan fuerte, tan crudo, tan áspero,
melancólico, y jodidamente enfermizo
como el ya no tenerte conmigo.